Adiccion a las nuevas tecnologias. Fracaso escolar. Agresividad. Aislamiento.

Las nuevas tecnologías entendidas como los chats, la telefonía móvil o los videojuegos, poseen un enorme potencial comunicativo y educativo, pero también entrañan “riesgos”. Así, el abuso de ellas, cuando crean dependencia, pueden ser consideradas como una adicción psicológica o comportamental.
La Ley 5/2002 de 27 de Junio, sobre Drogodependencias y otros trastorxnos adictivos define en su artículo 4.2, el trastorno adictivo como: “Patrón desadaptativo de comportamiento que provoca un trastorno psíquico, físico o de ambos tipos, por abuso de sustancias o conducta determinada, repercutiendo negativamente en las esferas psicológica, física y social de la persona y su entorno”.
LA OMS (Organización Mundial de la Salud), señala que una de cada cuatro personas, sufre trastornos relacionados con nuevas las nuevas adicciones. En España, se estima que entre el 6 y 9% de los usuarios de Internet podrían haber desarrollado el trastorno adictivo.
Las personas afectadas por la adicción psicológica a las nuevas tecnologías, una vez que dejan de jugar o utilizar el móvil o el objeto concreto de que se trate, pueden experimentar “síndromes de abstinencia” es decir angustia, ansiedad, nerviosismo e irritabilidad.
Esta adicción puede afectar a todas las edades, pero afecta especialmente en nuestros días a los adolescentes.
Las posibles causas, que hacen más vulnerables a los adolescentes, a esta adicción serían:
– Las características de la etapa evolutiva del adolescente, con todos los cambios físicos y psicológicos que no llegan a aceptar, y las nuevas tecnologías les sirven para evadirse.

– Las Nuevas Tecnologías les permiten la posibilidad de moverse en un mundo de fantasías: sentirse superiores ante un videojuego, les proporciona esa autoestima que no tienen.

– Chatear por Internet o teléfono móvil, les da la oportunidad de manifestarse no tal como son, sino como les gustaría ser.
Este tipo de conductas repetitivas, tiene en común que resultan placenteras en la primera fase, pero después a medida que se convierten en habituales y reiteradas, no pueden ser controladas por el sujeto. Al igual que ocurre con otras adicciones, el sujeto acabará efectuando dicha conducta, ya no tanto por la búsqueda de gratificación, sino por reducir el nivel de ansiedad que les produce el hecho de no realizarla.
Estaríamos pues, hablando de una ”adicción” en toda regla, la diferencia es que no estaríamos delante una adicción química (opiáceos, nicotina, alcohol, etc.) sino ante una adicción de carácter psicológico. Ambas, desgraciadamente, suelen manifestarse conjuntamente en muchos de los pacientes con problemas de adicción a drogas, por eso en Andasol, trabajamos con un tratamiento integrado.
La actividad o necesidad de jugar, utilizar el móvil, chatear, navegar por internet, etc. pasa a ser el centro prioritario para la persona. Todo lo demás pasa a ser un segundo término, incluso actividades que antes eran placenteras, como salir con los amigos y relacionarse de un modo más espontáneo, natural y sano.
Los síntomas de esta adicción, suelen ser sobre todo, aislamiento del resto de la familia. Se pasan horas encerrados en su habitación y les cuesta respetar incluso los horarios de comida o sueño. Se vuelven personas hurañas e irascibles. Discuten fácilmente y no atienden a razones. También, suelen utilizar la mentira para justificar o tapar algunas de sus conductas. En casos extremos, incluso puede haber conductas de hurto para conseguir dinero, en caso de que lo necesiten para seguir con su adicción a móviles, internet o nuevas tecnologías. Normalmente, no reconocen que tenga un problema y no quieren hablar de ello, ni la ayuda. Desde Andasol, podemos ayudar a los familiares a que tomen conciencia de cómo ayudarles a que se pongan en tratamiento.
Los jóvenes que se encuentran en situación de riesgo, son aquellos que han faltos de un adecuado nivel comunicativo, suelen poseer una baja autoestima y tienden a huir de un mundo adulto que les resulta hostil, refugiándose en las nuevas tecnologías. A ello se une, en el caso de los adolescentes, el hecho de encontrarse en un período de cambios, tanto físicos como emocionales. La no aceptación de la propia imagen corporal, la baja autoestima, la inseguridad y otros factores, que hacen de las nuevas tecnologías un refugio ideal para que los adolescentes, pues proyectan ante los otros, una imagen “más ideal” o incluso “irreal” de sí mismos para hacerla más atractiva según los vigentes cánones sociales.
Es, en definitiva, la adicción, la que les impide desarrollar las habilidades sociales en la vida real, les hace hipersensibles a los juicios de los demás y acrecienta la inseguridad. A partir de aquí se desarrolla una tendencia al aislamiento, se rompen las relaciones sociales, se produce el fracaso escolar y aparece la agresividad en ocasiones dirigida contra los propios miembros de la familia.
El tratamiento debe ajustarse a las peculiaridades de cada sujeto y sus circunstancias, teniendo en cuenta que la mayor parte de los afectados son adolescentes y, por tanto, sujetos a cambios orgánicos y psicológicos que se pueden vivir con cierto estrés. Idealmente, el primer paso requiere el reconocimiento del problema por parte del afectado, es decir, reconocer que se “está enganchado”, tras comprender el problema, se ha de adoptar una actitud de motivación hacia el cambio.

elvira

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