Por adicciones sin sustancia o, adicciones no tóxicas, nos referimos a aquellas adicciones que tienen que ver más con las conductas que no con algún tipo de droga. Adicción a las compras, a las máquinas tragaperras, a otras personas, etc.

Los síntomas son similares a las adicciones «tradicionales»: ansiedad si no se realiza la conducta, incapacidad de posponer, idealización, etc.

Tratamiento para parejas

Acudir a terapia de pareja es cada día más común gracias a la eficacia que demuestra en multitud de casos y a que ha aumentado la confianza en el trabajo de un profesional como son los terapeutas de pareja.

El objetivo más importante de la terapia es dotar a la pareja de herramientas para que sean capaces de forma autónoma, de detectar y resolver sus futuros conflictos.

Mejorar la comunicación, aprender a hablar y escuchar, empatizar, entender, respetar, adquirir la capacidad de demostrar sentimientos y emociones, entrenamiento en la resolución de problemas o toma de decisiones, aumentar la atención de cada miembro de la pareja para incrementar aspectos positivos en el otro miembro, eliminar problemas o intervenir trastornos sexuales… son muchos de los beneficios que se obtendrán si se realiza correctamente un proceso de terapia de pareja.

Tratamiento para compras compulsivas

La adicción a las compras no se distingue externamente en nada de la compra normal que realizamos cualquiera de nosotros; la diferencia fundamental está en el interior, donde la persona afectada muestra los siguientes síntomas o manifestaciones:
– Niveles elevados de ansiedad en centros comerciales y otros lugares de compras
– Intrusión de pensamientos que incitan a la persona a comprar
– Aparición de deseos de resistirse, con imposibilidad de contener su impulso de realizar compras
– Una vez realizada la compra, liberación de la tensión y satisfacción
– Pasados unos momentos surgen sentimientos de culpa y remordimiento

Tratamiento relaciones tóxicas

La relación tóxica es aquella en la que una, o incluso las dos personas están sometidas a un gran desgaste y experimentan más sufrimiento que placer y alegría por estar juntos. Como norma general, los momentos de felicidad son escasos y efímeros mientras que los desencuentros son constantes.

Lo más usual es que una de las dos personas asuma el rol dominante adueñándose de la situación y causándole daño al otro, ya sea de manera directa, recurriendo a la agresividad verbal, o de manera subrepticia generando un intenso sentimiento de culpa y socavando su autoestima. Esta persona trata al otro como si fuera un objeto, lo minimiza, intimida e incluso fomenta sus miedos e inseguridades para obtener así el control, llegando al maltrato psicológico. Otras veces las dos personas se hacen daño mutuamente, es el caso de las parejas con un alto nivel de intensidad emocional que tienen discusiones constantes.

Tratamiento de la dependencia emocional

Los síntomas de la dependencia emocional son claros y fáciles de identificar. Suelen experimentarse respecto a personas de nuestro entorno íntimo, familiares, amigos o especialmente con las parejas.

Hay que resaltar la necesidad de tener localizada constantemente a la persona y sentirse en contacto con ella, lo que se traduce en llamadas o mensajes frecuentes, que en muchos casos no obtienen respuesta, o la respuesta se recibe con ambigüedad, sin que a uno le transmita la seguridad sobre el otro que busca.

La necesidad de estar en contacto con la persona y tener su atención se asocia a una ansiedad, angustia o pena marcada, de manera que uno no consigue ser feliz y disfrutar si no es a través de esa persona, de estar con ella o sentir que le presta a uno atención y que le da su afecto.
Codependencia emocional en Barcelona

Síntomas de la codependencia emocional:
– Obsesión con la persona, necesidad excesiva de gestos de aprobación por su parte
– Sensación de que sin esa persona uno no puede ser feliz, disfrutar o salir adelante en la vida
– Sensación de que el mundo es gris y triste cuando falta esa persona
– Sensación de que esa persona y la forma de relacionarse con ella es perjudicial o inconveniente para uno
– Sensación de que le falta al respeto, de que abusa de uno, lo manipula o lo maneja a su antojo
– Insatisfacción con la relación que se mantiene, pero inseguridad ante la idea de tener que dejar la relación

Tratamiento de la adicción al sexo

La hipersexualidad o adicción al sexo puede ser un aumento repentino o una intensidad extraordinaria de la libido o la actividad sexual. El adicto sexual tiene una serie de conductas, de fantasías o de deseos que se reproducen con mucha frecuencia y están centradas en el deseo sexual.

Es complicado definir la adicción al sexo en términos cuantitativos. ¿Qué cantidad de relaciones sexuales pueden considerarse excesivas? ¿Qué cantidad de pensamientos? ¿Cuánto tiempo? No es fácil establecer límites precisos y por eso muchos prefieren definir la enfermedad en función de cómo afecta al individuo, cómo afecta a su vida, qué trastornos le supone al individuo y qué capacidad tiene este para controlar sus impulsos.

En los adictos al sexo es frecuente encontrar un patrón recurrente de fantasías sexuales. También el utilizar la actividad sexual como un mecanismo de respuesta para huir de la preocupación, del estrés o de la depresión. El tratamiento de la adicción al sexo debe partir de un análisis psicológico de las motivaciones del individuo. Enseñarle a reconocer las razones de su adicción, a entender qué las motiva y a conseguir controlarlas.

Tratamiento de la ludopatía

La ludopatía o juego patológico es considerado un problema psicológico que afecta diversos aspectos de la vida (personal, familiar, laboral, social y económica). La persona pierde su capacidad para poder autocontrolarse y le es difícil decir No siendo incapaz de aplazar el impulso o deseo por jugar.
La persona sufre cambios en u estado de ánimo (irritabilidad, mal humor, poca tolerancia, preocupación intensa, ansiedad, insomnio, etc.)

Una persona con un diagnóstico de ludopatía no siempre juega a diario y en cualquier sala de juego que encuentra a su paso, por lo general fija su atención en una o dos sitios y acude puntualmente.
la ludopatía debe cumplir con una serie de criterios:

Preocupación por el juego (ej., preocupación por revivir experiencias pasadas de juego, compensar ventajas entre competidores o planificar la próxima aventura, o pensar formas de conseguir dinero con el que jugar).

Necesidad de jugar con cantidades crecientes de dinero para conseguir el grado de excitación deseado.

Fracaso repetido de los esfuerzos para controlar, interrumpir o detener el juego.

Inquietud o irritabilidad cuando intenta interrumpir o detener el juego.

El juego se utiliza como estrategia para escapar de los problemas o para aliviar la disforia (p.ej., sentimientos de desesperanza, culpa, ansiedad, depresión).

Después de perder dinero en el juego, se vuelve otro día para intentar recuperarlo (tratando de ‘cazar’ las propias pérdidas).

Se engaña a los miembros de la familia, terapeutas u otras personas para ocultar el grado de implicación con el juego.

Se cometen actos ilegales, como falsificación, fraude, robo o abuso de confianza para financiar el juego.

Se han arriesgado o perdido relaciones interpersonales significativas, trabajo, pareja y oportunidades educativas o profesionales debido al juego.

Se confía en que los demás proporcionen dinero que alivie la desesperada situación financiera causada por el juego.

Tratamiento de la coadicción

La coadicción significa ser adicta al adicto, es decir que la vida emocional del coadicto depende de las oscilaciones emocionales del adicto. Si él está bien, yo estoy bien, pero si está mal… no puedo pensar en otra cosa que en intentar ayudarle. Por eso los familiares se pasan años intentando portarse bien, cuidar, mimar, adaptarse al adicto, porque interiormente creen que ellos se portan mal por su culpa, sobre todo lo creen los niños y los cónyuges.

Es por esta razón que muchos familias coadictas evitan que sus parientes adictos sean tratados por profesionales, ello debido a la capacidad enorme de adaptación enfermiza de los familiares al adicto, la ocultación que hacen del problema familiar por una mezcla se sentimientos de culpa, de vergüenza, de esperanza de cambio, de resignación mal entendida.