La compra compulsiva se ha convertido en una realidad cada día más habitual en nuestra sociedad. La compulsión, unida a una falta de control, es el problema principal, pero al igual que ocurre con el resto de adicciones, hay otros problemas asociados. En este caso se trata del dinero.
A medida que aumenta la compulsión crece la ansiedad y mayores son los problemas derivados de la misma. Esto puede acabar derivando en recurrir a préstamos para pagar otros préstamos, pedir dinero a familia o amigos, etc.
Consecuencias de la adicción a las compras
Más allá de la evidente consecuencia de tipo económico que conlleva, la compra compulsiva también tiene consecuencias psicológicas. La sensación de vergüenza y pérdida de control, principalmente, puede acabar derivando en depresión.