El Alcoholismo o adicción al Alcohol y por extensión la adicción a drogas, es una enfermedad psicologica reconocida en la OMS (Organización Mundial de la Salud) como enfermedad mental, crónica, progresiva, y a la que si no se le pone freno con un tratamiento efectivo es mortal.
¿Por qué es una enfermedad?
Es una enfermedad, no es un vicio ni un mal hábito, porque con fuerza de voluntad el paciente no puede dejar de consumir, hace falta un tratamiento eficaz. Al ser una enfermedad crónica no hablamos de “curación” sino de “recuperación” del paciente.
La adicción es una enfermedad muy grave, lo más importante es reconocer primero la situación y después dar los pasos necesarios para su solución, su tratamiento. No basta con dejar de consumir, es necesario un trabajo de cambio de hábitos, comportamientos y actitudes; así como de estilo de vida. La recompensa es vivir bien y afrontar los problemas de la vida con equilibrio.
Al adicto en tratamiento, se le enseña a enfrentarse a los problemas que trae la vida, pues la adicción es la “Enfermedad de las Emociones” y sino es capaz de cambiar los pensamientos que le llevan a las emociones negativas volverá a anestesiarlas con el consumo de drogas legales (Alcohol, Psicofarmacos o Tranquilizantes, inhalables) o ilegales (Cannabis, Cocaína, Drogas de Síntesis o de Diseño y Heroína).
Los principales síntomas de la adicción son:
1. Pérdida de control en la vida del adicto por la droga legal o ilegal.
2. Persistencia en el consumo a pesar de las consecuencias adversas o negativas (perder el trabajo, accidentes de tráfico, peleas y agresiones, a veces hasta perder la tutela de un hijo, problemas con la justicia, …)
3. Manipulación a todas las personas que rodean al adicto por esa necesidad imperiosa de consumir, que para el adicto es necesaria y no puede controlar.
4. Autoengaño, cuando el enfermo que quiere dejar las drogas y promete que no va a volver a consumir, realmente lo cree así, aunque sin un tratamiento efectivo y con fuerza de voluntad, es imposible. También la falsa creencia del consumo controlado, el adicto piensa y cree que controla, que la próxima vez no se le irá de las manos el consumo.
5. Negación del problema, el adicto minimiza los desastres de sus consumo, “yo no tengo un problema, bebo o consumo lo normal”.
No hace falta que la persona enferma consuma desde por la mañana o todos los días, para tener una dependencia al alcohol y demás drogas.
“El enfermo no consume porque tiene problemas sino que tiene problemas porque consume”.